Nueva York, año 1917. Marcel Duchamp cambia radicalmente el mundo del arte con una obra que presenta en la exposición de la Sociedad de Artistas Independientes. Fuente consiste en un urinario que él mismo compra en una tienda de objetos domésticos y que posteriormente firma en su estudio (con el seudónimo “R. Mutt”).
1961, en algún váter de Italia, Piero Manzoni produce Mierda de Artista metiendo en 90 pequeñas latas sus excrementos. Las latas que aún sobreviven se encuentran en los museos más importantes del mundo.
2016, casi 100 años después de la Fuente de Duchamp, el Guggenheim de Nueva York expone América, la última obra de Maurizio Cattelan, un retrete de oro macizo de 18 quilates y que simboliza, según el artista, los excesos del mercado del arte.
Hasta aquí y si no conocemos el contexto que rodea a los artistas y sus obras, simplemente veremos caca, culo, pedo, pis, la provocación por la provocación o como el siglo XX se convirtió en el “todo vale” artístico. Calma, los artistas no nos toman tanto el pelo como hacen los telediarios y periódicos diariamente sin que nadie se inmole en la plaza del pueblo.
Maurizio Cattelan (1960), irónico, sarcástico, auténtico, es uno de esos provocadores que se situó en el hit parade del arte mundial con chulería, desparpajo y vacilando: “Yo no dibujo, ni pinto. No toco mis obras absolutamente nunca”… Vamos, lo suyo es el concepto.
En su primera exposición colocó un cartel de “Torno subito” (Vuelvo enseguida), mientras la galería estaba cerrada y sin más obra que el propio cartel. En otra ocasión copió la obra de otro artista, Carsten Höller, que exponía en una galería cercana a la que él iba a exponer; según dijo, su idea era cuestionar la identidad. Aunque más extremo fue cuando robó los cuadros de otro artista para exponerlos como suyos, lo llamó Another Fucking Readymade (Otro puto readymade). También, para otra exposición, sujetó a la pared con cinta adhesiva a su marchante en Milán, quien tuvo que ser hospitalizado; el título de la obra: A perfect Day (Un día perfecto).
Entre sus obras más conocidas está La Nona Ora (La hora novena), 1999, una escultura de cera del papa Juan Pablo II aplastado por un meteorito. También podemos encontrar niños colgados, animales disecados, autorretratos… Y ahora mismo es actualidad Him (Él), 2001, una figura de Hitler con traje de escolar retro, arrodillado y rezando, subastada hace un par de meses en Christie’s por 17,5 millones de dólares. En el 2012, Cattelan colocó esta figura en una vivienda del antiguo ghetto de Varsovia, generando una fuerte polémica.
Maurizio Cattelan es un bromista, un poeta visual, un siniestro payaso que mediante el arte filosofa sobre lo más profundo del ser humano, la muerte, la religión y los ídolos contemporáneos, entre otros. Pero bueno, como en todo, podemos ver esto o un simple váter de oro.
Interesantízimo
Un post diferente y que resume la esencia de Cattelan.
Gracias por comentar!
Creativo en base de lo creado
Sóc de la clase d’art de la casa Golferics. Aquests dies quan hem parlat de l’obra de Duchamp “la font” no he pogut deixar de comparar-la amb el water d’or de l’irreverent Cattelan. S’ha fet d’or amb la denúncia i sense fer un gran esfor¢, ja que ell no fa ni les seves obres, funciona a base de mòbil. Almenys això diuen els italians.
Hola Gemma!
Cert, el vàter de Cattelan fa una referència directa a l’urinari de Duchamp i mostra clarament les influències de l’artista italià. És conceptual 100%, on allò important són les idees, no si l’artista les treballa manualment o no… Cattelan, com bé dius, no intervé a les seves obres, les encarrega, però és ell qui les encarrega.
Podríem parlar d’ell en alguna sessió del curs de Golferichs. ; )
Ostres fins avui no he llegit la teva resposta. A mi m’agrada l’obra de cattelan de denúncia, com la que té de cadavers tapats amb llen¢ols. Això et remou, et fa pensar.
Vaig comentar que ell no fa les obres perqué en una xerrada al caixaforum Eugenio Merino m’ho va destacar com aiferència entre ells dos.
fins dimecres. Bon diumenge